sábado, 2 de abril de 2011
Virginia Imaz, una Gran Payasa Feminista
“Clownclusiones” Los y las clownclusionistas son personajes que dinamizan con humor las sesiones densas, polémicas – a menudo inevitablemente graves – de coloquios, congresos, seminarios, reuniones empresariales o institucionales… Se ocupan de poner en cuestión los temas debatidos, muestran las fallas, los prejuicios ocultos, expresan las emociones latentes, dan relieve a las relaciones profundas, nombran lo silenciado y deliran a menudo sobre lo banal y lo irrelevante, aquello que a veces parece nimio pero puede ser sin embargo muy importante, todo ello a través del humor, de la inocencia, del absurdo y de la poesía del juego de clown. Entienden el juego clown ante todo como un divertimento, como una invitación a la ceremonia siempre pendiente de la risa. Hay algo mágico, sagrado, extremadamente serio en cultivar lo cómico, porque el humor es una forma vital de curarnos, de restaurarnos de tantos dramas cotidianos. El humor pone las cosas en su sitio, desenfoca la tragedia, nos redime. Los y las clownclusionistas apuestan por lo cómico, aunque sea o precisamente por eso mismo, para comunicar cosas muy graves o serias. Sus intervenciones son una ocasión para el divertimento pero también para la reflexión. Su lema es desdramatización y humor. Se trata de oficiar de espejo social. Un espejo que devuelve lo que ve sin complacencia pero también sin maldad. La vieja profesión de “bufón” o de “loco del rey” vuelve a tener – si es que alguna vez la perdió – urgente demanda.
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